Hace unos días fui a comer cerca del Despacho a uno de los concurridos restaurantes del Jorge Juan madrileño que suelo frecuentar cuando quedo con algún cliente o compromiso. La verdad que no tenía mi mejor día, y es que julio siempre es complicado, pero no había otra…

Al entrar saludé a las siempre maravillosas responsables de sala que me acompañaron a mi mesa mientras, sin yo decir nada, ya me estaban sirviendo de aperitivo la copita fría de La Gitana que saben que me enloquece y seguidamente…cuando todavía no había catado la deseada manzanilla…el camarero, que era lo mas parecido al autentico hombre Bond, procedió con una sonrisa infinita agasajarnos con unas Gildas, un poquito de parmesano y otro poquito de una extraordinaria mortadela italiana…En ese momento sentí que mi día había cambiado.

El fuego de julio se había convertido en eterna primavera, la reunión con mi cliente en un gran paseo por el mar y el ruido de aquel abarrotado restaurante en una melodía que no quería que dejara de sonar… Esa semana tenía reunión de bienvenida con varios becarios del Despacho que se adentraban nerviosos en su primera experiencia profesional y me vinieron a la cabeza aquel hombre Bond y aquellas maravillosas profesionales que con aquellos pequeños detalles de bienvenida me demostraron en 2 minutos como el mundo de la hostelería y el retail son un gran escaparate de vanguardia para los Despachos y trabajos de oficina en relación a la mejora de nuestros burocráticos y aburridos procesos de onboarding.

Por ponerle un poco de humor al tema, es que parece que si no lo hacemos un poco pedante y aburrido no somos nosotros…Todos recordaremos ese primer día en el que al llegar a casa tu familia expectante, abuela incluida, te preguntaba ¿Qué tal? Y solo te pasaban por cabeza el enjambre de cláusulas de confidencialidad, protección de datos, prevención de riesgos laborales, charlas sobre deontología y llenas de datos sobre lo buenos que somos, huellas, claves, códigos que tenías que rellenar hasta que por fin te dabas cuenta de que a tu ordenador le pasaba algo, el correo no estaba instalado y tu tutor, el que te tenía que presentar a todo el equipo, estaba con un cierre.

Según la Harvard Business Review los colaboradores que pasan por un proceso de onboarding eficaz son un 70% más productivos y en la era de la denominada guerra del talento estudios de la relevante Corporate Leadership Council mantienen que los empleados que participan en un programa de onboarding estructurado tienen un 82% más de probabilidades de permanecer en la empresa durante tres años. Las más prestigiosas escuelas de negocio a nivel mundial están volcando sus esfuerzos en identificar las mejores prácticas al respecto como elemento estratégico de diferenciación competitiva entre compañías y organizaciones.

Mientras la London Business School apuesta más por la integración social inicial organizando la primera semana eventos sociales y reuniones informales para que los nuevos empleados puedan conocer a sus compañeros en un ambiente relajado, la Stanford Graduate School of Business apuesta por la asignación de mentores que no solo guíen en aspectos técnicos, sino que también faciliten la integración social y cultural del nuevo colaborador.

En ese camino, y para hacer “ese primer día” lo más cercano posible, la MIT Sloan School of Management ha apostado por la generación e plataformas de onboarding que mediante tecnología automatizan y simplifican la parte más burocrática del proceso para agilizarla y la Harvard Business School apuesta por la idea de la anticipación y sugiere preparar todos los recursos necesarios, como acceso a sistemas y materiales de trabajo, días antes de la llegada del nuevo empleado e incluso trabajar los accesos al mismo previa a la incorporación del mismo. Todo ello con el objetivo de poder llegar a convencer y colaborar con los mejores jóvenes de cada generación.

Las generaciones cambian y las compañías, de no hacerlo con ellas, llegaremos a tomar decisiones y generar procesos para un mundo que no existe hasta quedarnos solos. Sin perder nuestra esencia, es necesario hacer una gran reflexión generacional y diversa de cada uno de nuestros procesos antes de que las nuevas generaciones, ya sea en forma de becarios, trabajadores o clientes, decidan que son ellos los que no quieren estar con nosotros. Aunque a algunos les parezca inverosímil…quien quiera arriesgarse o no sepa ver la oportunidad que tire la primera piedra y empiece el juego.

 

Roberto Miño Reig.

Socio de Cremades & Calvo Sotelo.

De acuerdo