El “que inventen ellos” es probablemente el mayor peligro para la abogacía y los despachos que actualmente viven del asesoramiento jurídico de empresas. Las firmas de mayor valor bursátil en Estados Unidos y China están basadas en soluciones tecnológicas e innovadoras. Dar la espalda a esa economía real y emergente es una opción poco inteligente y competitiva. Los bufetes innovadores atraerán a las empresas innovadoras, y viceversa, y la integración jurídica de proyectos tecnológicos será probablemente la piedra de toque para probar nuestro valor como despachos.
A continuación, cinco claves para que la abogacía sea en efecto un instrumento estratégico imprescindible en la nueva economía disruptiva:
Integración en el negocio y orientación a resultados.- Las empresas innovadoras no quieren despachos que solo adviertan problemas jurídicos sino que adviertan soluciones que les ayuden a implementar su modelo de negocio. Hablar de derecho y hablar de negocio será lo mismo. Los servicios jurídicos deben estar orientados a la prevención de problemas e incluso a la apertura de nuevas oportunidades de negocio. De coste inevitable o necesario a inversión productiva. Ese es el cambio de rol de la abogacía.
Desarrollo de proyectos tecnológicos.- Las empresas innovadoras buscan despachos innovadores para que les ayuden a desarrollar sus proyectos tecnológicos, permitiendo su integración jurídica , y otorgando previsibilidad al código fuente legal. En los momentos de generación, protección, desarrollo y comercialización de la tecnología, las empresas necesitarán de servicios jurídicos a la altura de los desafíos planteados, capaces de renovar sus conocimientos y formación a la misma velocidad a la que se producen los cambios.
Servicios transversales.- Sin una orientación innovadora y transversal, la abogacía quedará embebida dentro de la consultoría, convirtiéndose en un servicio de poco valor añadido. La nueva abogacía es la que resulta capaz de liderar una consultoría global y conectada al negocio, capaz de trabajar codo con codo con el área tecnológica.
Equipos multidisciplinares.- Los despachos profesionales que quieran trabajar con empresas innovadoras tendrán que acoger equipos multidisciplinares, que integren, junto a los abogados, economistas y especialistas en management, ingenieros informáticos y de comunicaciones, y especialistas en branding y comunicación.
Visión de CEO.- En resumen, la adaptación al nuevo entorno pasa por asumir y adoptar una visión de CEO. No podemos quedarnos en el rol de abogados, con planteamientos contradictorios y divergentes con el de otras áreas. El «ya te lo advertí» vale casi tan poco como el no darse cuenta. Nuestra función es converger. Ayudar a que todas las áreas lleguen a un punto en común que facilite el negocio.
Francisco José Fernández Romero
Socio director Cremades & Calvo-Sotelo (Sevilla)