La reciente consulta europea sobre la posibilidad de cambiar o no los horarios en invierno y en verano ha batido todos los récords. La Comisión Europea ha recibido 4,6 millones de respuestas, de las que el 80 % están en contra de los cambios.
En España, GAD 3 efectuó una encuesta los pasados días 3 y 4 de septiembre. Sus grandes números son: el 60, 1 % de los entrevistados están contra los cambios horarios -62,9 % los hombres, y el 57,5 % las mujeres-. El horario de verano es el elegido por el 56,8 % de los consultados, lo que considero es un error.
El tema de los horarios es la gran asignatura pendiente que tiene la sociedad española, como he manifestado en múltiples ocasiones durante estos últimos 15 años. Sin embargo, el problema de los horarios en España no puede quedar circunscrito a lo que ha dicho el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. En Europea, somos una singularidad: desde 1940 no estamos en el huso horario que nos corresponde, el del meridiano de Greenwich; iniciamos nuestras jornadas laborales en horas similares a los de los demás europeos, y las finalizamos 2 o 3 horas más tarde; dedicamos al almuerzo 2/3 horas, cuando en los demás países le dedican 45/60 minutos; nuestro prime time televisivo termina pasada la medianoche, en el resto de Europea finaliza 22:30/23:00 h.; somos lo que menos dormimos, lo que nos afecta en la productividad, la conciliación, la salud,…; Nuestra sociedad hoy es sensible a la necesidad de un cambio profundo en los horarios.
Empezamos a dar valor al tiempo, que a todos nos iguala. Diariamente todos tenemos 86.400 segundos. La conciliación de la vida personal, familiar y laboral, la corresponsabilidad, la igualdad, la productividad,… y nuestra felicidad, dependen de cómo diariamente los distribuyamos.
Las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales deberían tener en los horarios uno de los temas estrellas. Un primer paso se ha dado. Todos los partidos políticos en sus programas, con más o menos fuerza y convencimiento, han incorporado el citado importante tema. Además, deben reflexionar al igual que todos los españoles deberíamos hacerlo, que tres de los graves y trascendentes problemas de los que somos líderes europeos tienen mucha relación con nuestros singulares horarios. Somos líderes europeos en baja natalidad, lo que es más que preocupante. Líderes europeos en separaciones, lo que afecta gravemente a la familia. Y líderes europeos en fracaso escolar, lo que perjudica nuestro futuro.
Espero y deseo que los españoles, tanto individualmente como a través de nuestra rica y diversa sociedad civil, asumamos responsabilidades y aunemos esfuerzos en una mejor optimización de los horarios. Hoy, mejor que mañana.
Ignacio Buqueras y Bach
Miembro del Consejo Asesor de Cremades & Calvo-Sotelo
Presidente-Fundador y de Honor de ARHOE.
Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles