Desde hace seis meses este jurista lidera el área de laboral en el despacho Cremades & Calvo-Sotelo

Reconoce que este mes de agosto ha sido algo más movido que en años anteriores y que los abogados laboralistas desconectan como pueden. Pese a ello, Carlos Martínez-Cava, socio director del área laboral en Cremades & Calvo-Sotelo, ha podido descansar con la familia y nos ha enviado un relato de verano a Economist & Jurist.

El movimiento en los despachos de abogados sigue siendo importante, y el área laboral es una de las más activas. Quizás lo que más llama la atención es el movimiento de Javier Cremades para dotar a su despacho de un área laboral consistente con el fichaje de Martínez-Cava, un profesional de acreditada solvencia que afronta este reto con bastante ilusión.

«La verdad es que el reto de competir con otras firmas en esta práctica es muy ilusionante. Ahora lidero el equipo que ya existía, al cual habrá incorporaciones en las próximas semanas porque estamos creciendo mucho a nivel de facturación. Nuestro reto es que este área sea una de las claves de la firma en un horizonte de cinco años», aclara este experto en relaciones laborales.

En este entorno, la tecnología es un elemento clave para los abogados. «La llegada de la IA va a ser algo muy importante en nuestra profesión; los cambios que va a generar son significativos, según estamos viendo su uso. Este tipo de herramientas de IA, si estás en formación, no te hacen mejor abogado. Estas herramientas hay que saber utilizarlas bien, y eso solo te lo da la experiencia y la base jurídica que tengas detrás. Si tienes esa base, puedes lograr que tu productividad se multiplique bastante», declara.

«Creo que el periodismo es una de mis vocaciones frustradas, pese a que siempre quise ser abogado laboralista desde que realicé mis estudios de Derecho en la Facultad de Derecho de Alcalá de Henares (1982-87). Ahí tuve la suerte de coincidir con grandes catedráticos como Juan Antonio Sagardoy, padre del Estatuto de los Trabajadores, García Valdés en penal y Ángel Rojo en mercantil. Eso hizo que me centrase en el derecho del trabajo», explica a este medio.

La trayectoria de este profesional es bastante interesante, ya que ha tocado todos los palos en el mundo del laboralismo. Entre 1987 y 1996 estuvo trabajando en la asesoría jurídica de Renfe, en su área laboral, donde abordó cuestiones relacionadas con expedientes disciplinarios, para luego montar su propio despacho de abogados. Posteriormente, externalizó sus servicios jurídicos y, junto a unos compañeros, puso en marcha su boutique legal, que ha estado operativa hasta noviembre de 2023, «momento en el que llamó a mi puerta Cremades & Calvo-Sotelo».

Este interlocutor reconoce que «es bastante sacrificado trabajar por tu cuenta, pero aprendes mucho de este negocio. Los inicios son duros, tienes pocos clientes y te vas haciendo un nombre, pero puede más la ilusión que otras cuestiones, aunque el trabajo te enseña a administrar los recursos que tienes en el despacho. Sin embargo, trabajar con varios compañeros te permite repartir esas responsabilidades, algo que me vino muy bien en estos años como profesional por cuenta propia».

Ahora está ante el reto de Cremades & Calvo-Sotelo, que iniciará una campaña de promoción entre las empresas este mes de septiembre para dar a conocer sus servicios como partner estratégico legal en un entorno donde no dejan de aprobarse normas, muchas de ellas obligatorias para abogados. Los abogados laboralistas, al igual que los asesores fiscales desde hace años, son claves en cualquier empresa ante el complejo panorama normativo existente y las propias sentencias de los juzgados de lo social que se emiten.

En estos momentos, los empresarios estudian qué hacer ante la aprobación de la nueva Ley de Paridad, que pretende mejorar la representación de las mujeres en las grandes firmas. En su texto, como ya anticipó Economist & Jurist, hay un error que desprotege a los trabajadores en materia de nulidad en adaptación de jornada y en el permiso de cinco días.

«Es un error importante, y nos tememos que va a tener consecuencias parecidas a las de otra ley del Ministerio de Igualdad, la del ‘Solo sí es sí’, que ha generado reducciones de condena y algunas excarcelaciones, para sorpresa de las víctimas de esos delitos», comenta.

«Ahora mismo, las empresas estudian qué hacer porque no es una decisión fácil de tomar. Esa inexperiencia legislativa me recuerda lo que Ángel Rojo me decía cuando estudiaba Derecho, y es que en aquellos tiempos esos equipos que hacían esas leyes no estaban sometidos a tanta presión. Así salían cuerpos legislativos sólidos», concluye.

Faltan buenas normas

Para este experto en relaciones laborales, “la situación actual legislativa es preocupante porque las normas no están bien hechas. En algunos casos, se aprovechan modificaciones en otras normas para introducirlas. Cuando se reinicie el curso judicial en septiembre, muchos de estos comentarios van a ir en la línea de buscar de nuevo la excelencia legislativa”.

De manera paralela a este asunto, gobierno y sindicatos con patronal negocian desde hace meses en la mesa del diálogo social la reducción de jornada, una iniciativa con muchas luces y sombras. “Este es un asunto complejo porque debe venir unido a otro análisis de la productividad. Se trata de pagar lo mismo por menos tiempo de trabajo, lo cual tiene difícil encaje. No soy partidario de grandes jornadas, pero sí de que el trabajo quede bien hecho. Además, también se ha incorporado el teletrabajo a muchas organizaciones”.

El tercer frente de este otoño para el Ministerio, y también especialmente para las empresas, es la reforma del despido improcedente que la ministra Díaz ya ha anunciado recientemente tras el fallo del Comité de Derechos Sociales, que señala que nuestro ordenamiento vulnera el artículo 24 de la Carta Social Europea. “Con la eliminación de la contratación temporal y ahora de los costes del despido, el mercado laboral se va a volver muy rígido, lo que puede hacer que nuestras empresas no puedan competir con las europeas de su entorno”.

Desde su punto de vista, “es posible que haya que revisar alguna indemnización en concreto por despido, pero impulsar una subida generalizada de los costes del despido improcedente no parece muy lógico. Esto nos coloca en una situación de desigualdad ante nuestro entorno europeo. Ahora habrá más incertidumbre porque los empresarios no saben lo que les va a costar dicho despido. Hay que darse cuenta de que ahora los juzgados de lo social lo están viendo de forma distinta cada uno. En algunos fallos ya se están añadiendo indemnizaciones por daños y perjuicios, entre otras cuestiones”.

A lo largo de su carrera, este experto en relaciones laborales ha llevado distintos asuntos de acoso laboral, tanto defendiendo a la empresa como al trabajador presuntamente acosado. “No hay un repunte del acoso. Hay diferencias personales entre profesionales que acaban en los tribunales para conseguir con ello un beneficio económico. Esto hace diez años no pasaba en absoluto; todos podían quejarse, pero no había tantas imputaciones de acoso como ahora suceden en las empresas”.

Carlos Martínez-Cava asume las tesis de un referente de derecho laboral como es Federico Duránof counsel en Garrigues, quien en varias manifestaciones públicas ha señalado la necesidad de desjudicializar todo lo relacionado con los permisos de los trabajadores y medidas de conciliación y llevarlo a otro plano más de mediación en la empresa. “Tiene su lógica lo que dice Federico: cuestiones de este tipo deben evitar judicializarse, ya que la aspiración de un trabajador sobre estos temas y el proceso organizativo de la empresa siempre es mejor abordarlos mediante la mediación”, puntualiza.

Sin embargo, pese a lo comentado, reconoce que le gusta la sala y la confrontación en el juzgado en material laboral con otro compañero. “En este escenario que supone una vista laboral, tienes la posibilidad de improvisar y utilizar tus recursos como profesional a nivel de oratoria. Al final, en algunas ocasiones, el juicio que habías preparado va por otros derroteros y no tiene nada que ver con lo que uno esperaba”.

 

economistjurist.es

De acuerdo